martes, 7 de septiembre de 2010

El Príncipe azul y la bruja de la cueva (Autor: Las "mejores" chicos de 2º)

Había una vez una bruja vieja y fea, con verrugas en la cara y una nariz larga y puntiaguda.

Vivía en un bosque encantado y tenebroso, con un gato negro y una lechuza gorda, que eran sus mascotas.
Andaba haciendo hechizos por ahí y por allá con su varita mágica.
Un día oscuro y con mucha niebla, salió a pasear con su escoba voladora y su sombrero de punta.
De repente, tapada por la niebla, se chocó con un elegante príncipe, se le cayó la varita y sin querer lo transformó en un negro murciélago.
Entonces pensó en llevarlo a su cueva para alimentarlo, engordarlo y comérselo vivo.
La princesa Elisa salió de su castillo de diamantes de la Edad Media para buscar a su príncipe azul. Y fue a buscarlo al bosque oscuro que estaba embrujado.
La princesa vio una cueva y entró. Adentro había un murciélago, encerrado en una jaula con cuatro gatos, que le dijo:
-¡Yo soy el príncipe azul! ¡El más bonito de todos!
Pero justo apareció la malvada bruja, atrapó a la princesa y la metió adentro de su enorme caldero, porque la quería cocinar.
En ese momento, el murciélago escapó de la jaula volando y tiró la bola de cristal, que se rompió y convirtió a la bruja en una hormiga pequeñita.
Agarrando el libro de hechizos, aplastó a la hormiga y la mató.
La princesa Elisa tomó una poción de la bruja y con ella rompió el hechizo. El murciélago se transformó de nuevo en príncipe.
Se fueron juntos con la princesa al castillo.
Se casaron, tuvieron dos hijitos, a los que llamaron Maribel y Juancito, y vivieron felices para siempre.
Fin

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