El pozo del tiempo
Era un día hermoso, Matías y Lucía jugaban en el patio de su abuela… de pronto vino una tormenta muy fuerte que los arrastró hasta un pozo.
Matías gritaba;
-¿Lu, ayudáme, ayudame!¡Rápido!
-Ay, no seas sonso!- respondió Lucía
-Dale apurate!
-¡Ya voy! ¿Mattiaaaaaaaaas!- gritó y se cayó al pozo
Habían viajado al año 7040 Lucila dijo;
-¿Dónde estamos?
-En un pozo no te das cuenta Lu.
-Ya sé, Matías me refiero a dónde, a qué lu- gar-r-; me dio la impresión de que, no sé… viajamos a otro tiempo.
-¿Cómo sabés eso?- preguntó Matías
-No sé, intuición. ¡Matías no insistas!
-Tenemos que tratar de salir.
-Obvio, o nos vamos a quedar a vivir acá. Se burló Lucila
Después de un rato un marciano los sacó del pozo con un palo.
El marciano le explicó en qué planeta estaban.
Luego de días apareció el marciano y les decía a ellos: ¡Luna llena, pozo del tiempo!, y le pidió una moneda. Y así tres veces, a la tercera vez, Matías ya se había cansado y le contó a Lucila.
-Tal vez sea la oportunidad para volver a casa
-No sé capaz el marciano miente
-Y si, es verdad. Probemos, sino tendremos que esperar mil lunas más.
-Bueno, ¿cuándo hay que ir al pozo?
-A la noche- dijo Matías.
Cuando llegó la noche fueron al pozo, ahí estaba el marciano, esperándolos.
Hizo algunos de sus rezos y les hizo seña de que se vayan al pozo. Cuando estuvo la luna justo en medio del pozo. Se metieron y vieron que ya era de noche.
Escucharon que su abuela los llamaba, salieron de allí y fueron con su abuela
-¿Dónde estuvieron?- dijo la abuela
-Por ahí estábamos jugando con barro (porque estaban embarrados)
-Cámbiense que su mamá está por venir y muy preocupada.
Micaela Laumann y Martín Stoessel
En el desfile también había hechiceros:
Yo soy el mago Zarapatín. Vivo en una cueva hermosa. Hago muchas cosas como cazar, hacer hechizos y cocinar. Yo tengo de masco
